viernes, 1 de abril de 2011

Caminos.

Hay caminos y caminos, y jamás podremos ser capaces de elegir uno u otro sin pensar qué sería de nosotros si elegimos el otro, morimos de ganas de saber el qué y el cómo, anhelamos tener más opciones, rogamos por recibir una opinión externa y muchas veces nos vemos obligados a aprender de los errores tras limpiarnos la mierda de las zapatillas y el sudor de la frente.
Jamás sabremos si es azar o un simple capricho del destino el que estemos donde estamos y que hagamos lo que hacemos, nos corroe la duda y estamos llenos de preguntas, ideas van y vienen y no somos capaces de aclararnos.
Hay veces en las que tenemos miedo a elegir más caminos, quizás porque somos algo cabezotas o porque simplemente somos unos locos.
Pero adoramos vivir con nuestra locura porque es nuestra firma, nuestra marca de autenticidad.
Porque nos gusta el camino más escaparpado, solo por vicio, por puro vicio, y porque nos gusta el dolor, nos hace sentir vivos.

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